sábado, 15 de septiembre de 2012

Vuelta al colegio. Etiqueta.

Septiembre es sobre todo, junto con Junio, un mes escolar. Los niños vuelven al colegio, las clases se retoman y muchos padres, tanto damas como caballeros, nos encontramos de nuevo con la oportunidad de acompañar a nuestros hijos bien en la puerta del colegio, bien en la parada del autobús escolar.

Para algunos éste será un simple trámite diario; para otros, entre los que me cuento, será un rato de ameno descanso entre el quehacer laboral matutino y el ajetreo hogareño vespertino; para algunos, sin embargo, será una desagradable tarea que diariamente debemos repetir.

El patio, la puerta del colegio o la parada del autobús son un buen sitio para dar rienda suelta a nuestra capacidad de relación con nuestros semejantes. Así mismo, como toda situación de relación con otros, es un terreno propicio para demostrar nuestras dotes de caballerosidad y educación. Echemos un vistazo a nuestro alrededor. Veremos padres de ambos sexos, recién llegados al colegio o a la paternidad, necesitados de orientación y apoyo. También podremos ver padres jactanciosos de su éxito profesional o de los pequeños logros de sus hijos. Incluso, en ocasiones, asistiremos a patios de colegio dominados por una camarilla de padres veteranos rodeada de otros desorientados que luchan día tras día por hacerse un hueco en tan cerrado club.

Como creo que llevar o recoger a nuestros hijos del colegio debe ser siempre un rato agradable, voy a dar unas directrices para hacer de la parada del autobús escolar o de la puerta del colegio un lugar más agradable para nuestros semejantes y, en consecuencia, para nosotros mismos.

Procure no hablar de los niños.
Un comentario ocasional es comprensible, pero estar continuamente hablando de la educación que reciben en el colegio o en casa puede llegar a ser tremendamente cargante. Aproveche para hablar de otros temas y hacer nuevos amigos.
Nunca se jacte de los logros de sus hijos.
Presumir de cuán temprana era la edad que tenían sus hijos cuando comenzaron a leer con fluidez y hacerlo delante de la madre de un niño disléxico que lucha constantemente por mantenerse al día en el ritmo de lectura es, simplemente, el colmo de la mala educación. Y no sirve de nada alegar ignorancia: lo mejor es ser prudente y evitar ese tipo de intervenciones.
No pregunte a otros padres y madres sobre cómo progresan sus hijos.
Aunque Vd. sea tremendamente competitivo y le obsesione que su hijo no sea el primero de la clase, no haga ese tipo de preguntas. Es mejor que concierte una cita con el profesor tutor de su hijo y le pregunte a él en privado.
No chismorree sobre otros niños
Puede que el revoltoso de la clase no pare de tirarle del pelo a su hija, pero lo que debe hacer es hablarlo directamente con los padres del niño. Bastantes problemas tienen ya con el niño como para que además se conviertan en la comidilla del patio.
No cotillee sobre otros padres
Vd. puede pensar que está siendo tremendamente discreto, puede bajar la voz y comenzar con «No se lo digas a nadie...», «Me han dicho que no lo comente...» o algo de ese tenor, pero ese tipo de comentarios acaba extendiéndose por todo el colegio y generando un gran malestar colectivo, especialmente si han sido los niños, siempre atentos, los transmisores del cotilleo.
Critique al colegio ante el interlocutor adecuado
Hable directamente con el tutor de su hijo o con el director del colegio para presentarles cualquier queja o crítica sobre el funcionamiento del centro. Quejarse a otros padres no resolverá el problema y sólo generará malestar gratuitamente.
Esté atento a los padres que estén solos
No es igual de fácil para todo el mundo relacionarse con los demás en el patio del colegio o en la parada del autobús escolar. Muchas veces hay grupos de niños que han estado juntos desde Infantil y, cuando llegan a Primaria tanto ellos como sus padres forman una camarilla aparentemente impenetrable para los recién llegados. Ayúdeles a integrarse en el "mundo del patio".
Muéstrese dispuesto
A llevar a otros niños al colegio en su automóvil, a admitir las visitas de los compañeros de sus hijos tras el colegio, etc. Verá como es correspondido cuando lo necesite.
No presuma
Llegar a la puerta del colegio vestido de punta en blanco y haciendo rugir los 300 caballos de un enorme monovolumen es, simplemente, vulgar.

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